Mexicano lleva su espíritu navideño al extremo

Escrito por el Dic 21, 2017

Fue Juan Gutiérrez de Santa Cruz de la Soledad quien se emocionó tanto por las fechas decembrinas, que decidió colocarle 2 mil luces de colores a su auto negro modelo 2007.

Desde hace siete años, la vida de Gutiérrez se ha complicado por problemas de salud. Con una cirugía en la espalda y en espera de una segunda para reemplazar los tornillos en la columna vertebral, el mexicano sufre a menudo de dolores intensos.

Sin un empleo fijo, sin beneficios médicos y una familia de cuatro que mantener, el hombre de 53 años, se las ha ingeniado para subsistir. La situación económica fácilmente desplomaría la moral de cualquier persona. Sin embargo, Gutiérrez se ha mantenido firme gracias a su fe y al apoyo familiar, incluyendo el soporte incondicional de su esposa Gloria, de 44 años.

A pesar de sus problemas, el oriundo de Santa Cruz, un pequeño pueblo que limita con el lago de Chapala, en el estado de Jalisco, no ha perdido el espíritu navideño y lo transmite con el paso de su carro.

“No traigo ni un cinco en la bolsa, pero aquí andamos, transmitiendo alegría a mi gente, a mi raza, a los niños y a toda la comunidad”, comentó alegre Gutiérrez a La Opinión. “Esto lo hago de corazón, lo hago para llevar alegría a la gente”.

El creativo Gutierrez dice que la energía para el alumbrado exterior de su auto proviene de la batería a través dos cables gruesos y un transformador. Las luces que adornan los rines de las llantas son de batería, añadió.

“Donde sea que voy causo alegría. Todos me preguntan que cómo le hago, y por qué lo hago, y siempre les digo que lo hago por amor a la Navidad”, dijo.

El padre de cuatro hijos explicó que la idea nació de la intención por darles alegría a sus pequeños y narró que durante su infancia, sus navidades fueron muy sencillas, recibiendo regalos – si acaso – muy simples, pero llenos de amor. Proveniente de una familia de 13 hermanos, Juan siempre soñó con tener más, con ser más, con realizarse como persona y repagar el favor a su comunidad.

“Dios me dio la oportunidad de tener este juguetote (por su coche) y lo comparto con todos”, añadió. “Es mi manera de decirle a la gente que no importa las condiciones, ni situaciones que estemos pasando, siempre hay alguien con mayores problemas que uno”.

Para Gutiérrez, mientras haya vida hay esperanza, y mientras haya esperanza hay que transmitirla.

Explica que causa asombro y recibe halagos participando en desfiles y otras actividades comunitarias. El pasado martes 12 de diciembre, Gutiérrez participó en el desfile HO HO de la ciudad de San Bernardino, un evento de vehículos adornados con luces y otros ornamentos navideños que recorre las calles de la ciudad llevando alegría.

El planea continuar con la tradición mientras Dios se lo permita.

“La vida es bella, la vida es hermosa, hay que sonreírle”, concluyó.



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