La Ciudad Maya descubierta ¿Realidad o ficción?
Escrito por Radio Turquesa el May 12, 2016
Una de las noticias más sorprendentes de la semana pasada fue que un joven canadiense de 15 años, William Gadoury, había descubierto una ciudad maya en la península de Yucatán, sobreponiendo las constelaciones que aparecen en un códice prehispánico que se guarda en Madrid con la aplicación Google Earth, que proporciona imágenes satelitales de cualquier lugar del mundo.
La supuesta ciudad maya descubierta se encuentra junto a la Laguna el Civalon.
Sin embargo, desde el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la institución que se ocupa de conservar el patrimonio arqueológico mexicano, advierten a ABC de que ni avalan ni toman en serio esta información. Con un presupuesto anual de casi 4.000 millones de pesos, 187 sitios abiertos al público –50 de ellos en la península de Yucatán– y 350.000 yacimientos registrados en todo el país, el problema del INAH no es que sea demasiado caro buscar una supuesta ciudad desconocida, como recoge «Le Journal de Montréal» de boca de un geógrafo de la Universidad de Nuevo Brunswick (Canadá), sino que así no funcionan las cosas en el mundo de la arqueología.
Al parecer, todo se trataba de un concurso de ciencia juvenil de Québec en el que William Gadoury presentó un proyecto en el que señalaba que «Los mayas, apasionados por las constelaciones, habían construido sus ciudades siguiendo los patrones de las estrellas». La Agencia Espacial Canadiense, con ánimos de ayudar al precoz investigador, apuntó su satélite RADARSAT-2 hacia la zona donde debía encontrarse la ciudad de acuerdo a las estrellas más brillantes y efectivamente halló una marca rectangular en la selva americana.
La forma rectangular es tan solo la marca de un campo de cultivo, Thomas Garrison, antropólogo de la Universidad de Dornsife señaló: «En este caso, la naturaleza rectilínea del objeto y la vegetación secundaria creciendo alrededor creciendo en su interior son claras señales de un antiguamilpa (…) Esto es algo obvio para alguien que ha pasado algo de tiempo en las tierras bajas de los mayas».
David Stuart, director del Mesoamérica Center, de la Universidad de Texas, en Austin, dice al respecto: “La nueva historia sobre una antigua ciudad maya habiendo sido descubierta es falsa. Estaba tratando de ignorarla (así como las solicitudes de la prensa que he recibido), pero ahora que está en la página web de la BBC me veo obligado a decir algo. La historia al completo es un desastre, un ejemplo terrible de ciencia basura golpeando la red en caída libre. Los antiguos mayas no planificaban sus ciudades de acuerdo a las constelaciones. Ver esos patrones es un “proceso de Rorsarch”, dado que hay asentamientos en todas partes, y también estrellas. El cuadrado encontrado en Google Earth está, en efecto, hecho por el hombre, pero es un viejo campo de maíz en barbecho, o milpa”.
Daniel Juárez Cossío, arqueólogo responsable de la sala maya del Museo de Antropología, en la Ciudad de México, también puso en duda la hipótesis del joven Gadoury de que los mayas construyeran sus poblaciones siguiendo las constelaciones. «Todos los asentamientos humanos han buscado tierras fértiles, cercanía al agua y vías de comunicación», asevera. Eso es lo primero que considera una expedición que pretenda encontrar nuevos vestigios de alguna civilización. Juárez Cossío explica a grandes rasgos la metodología para ello: «Cuando te interesa una región, buscas la fotografía aérea o satelital, haces un rastreo, ubicas los posibles puntos donde crees que puede haber yacimientos, porque ni siquiera estamos seguros de que ahí estén, y una vez ubicados estos puntos, trazas una estrategia para llegar a ellos».
El proceso, pues, incluye herramientas tecnológicas, no solo fotografía satelital –mucho más precisa, explica Juárez Cossío, que Google Earth–, sino otras más modernas, como el LiDAR (acrónimo del inglés Light Detection and Ranging), un sistema de rayos infrarrojos para hacer levantamientos topográficos. Pero lo más importante es el trabajo de campo, y pone como ejemplo al profesor el doctor esloveno Ivan Sprajc, que en una veintena de años trabajando en la selva yucateca ha descubierto más de 80 sitios mayas.
Ciudades pendientes del cielo
Juárez Cossío hace hincapié en que los mayas tampoco tenían la tecnología para ubicar con esa precisión sus ciudades con las estrellas. Además, es tajante: «Pensar que cualquiera de los tres códices mayas que conocemos, el Madrid, el Dresde o el Tro-Cortesiano, constituye un mapa de las ciudades prehispánicas es no entender lo que es la civilización maya». Concede que «los mayas orientaban sus estructuras hacia puntos concretos del paisaje» y que «hay trabajos muy importantes sobre arqueo-astronomía que así lo indican», pero que «estar pensando que todas las ciudades están en función del cielo, eso no».
Y en el supuesto remoto de que México tomara en serio la hipótesis de Gadoury, para iniciar la exploración de semejante sitio nuevo, la decisión correspondería al Consejo Nacional de Arqueología, después de estudios y trámites que duran normalmente, explica el INAH, alrededor de un año. Los científicos no se mueven a ritmo de clic de internet.